Para conocer más detalles acerca de la situación de contaminación en nuestra región, en nuestro espacio en Radio Digital de Valparaíso contamos con la participación de la Dra. Juanita Fernández, presidenta de nuestro Departamento de Derechos Humanos, Medio Ambiente y Biodiversidad.
Según señaló la Dra. Fernández, el problema con la contaminación es que “son como los microbios, no se ven. Lo que se ve y cuando ya se ve, es cuando la herida ya tiene pus”. En ese sentido, explicó que “estamos principalmente orientados hacia la contaminación más notoria, pero no podemos dejar de lado la contaminación que no se ve en absoluto. Por ejemplo, lo que pasa en Concón, que son compuestos orgánicos volátiles tremendamente dañinos para la salud, que tienen una vida breve, pero esa vida breve implica absorción hacia el organismo por su pequeñísimo tamaño. Van directo hacia el pulmón, se absorben hacia la sangre, llegan al cerebro y a todo el organismo, y también a todos los organismos que nos acompañan en este planeta”.
También aclaró que no se puede hablar de que la contaminación esté circunscrita a una zona específica. “La gente de Concón no está libre, la gente de Zapallar tampoco, la gente de Maitencillo menos. El viento, durante el día va hacia el nororiente, pero en la noche se invierte y sopla hacia el otro lado, hacia el sur, hacia la zona de Valparaíso- Viña del Mar. Pretender que la contaminación se englobe o se limite a esa zona es una ilusión o falta de conocimiento. Lo que hemos encontrado es que eso se deposita en el suelo y no se queda ahí, se filtra hacia abajo, y se levanta cuando hay viento y forma parte del particulado que uno aspira. Y eso no es inocuo, no es inocente, porque el particulado, cuando es muy grande, se aspira, pero también se traga y se hace biodisponible. Entonces, lo que no entra por vía pulmonar, entra por vía digestiva”.
Respecto de las normas que tiene Chile y que señalan los niveles permitidos de distintos compuestos, la Dra. Fernández fue enfática en señalar que “Chile tiene normas anormales o no tiene normas”. En ese sentido, explicó que, por ejemplo, en Chile no está regulada la norma de suelo y tampoco hay norma de arsénico en el aire.
En relación al arsénico, está regulada la norma de agua potable, que fue modificada el 2005, con una latencia de 10 años, pero hasta entonces los niveles estaban por sobre la norma que aconsejaba la OMS.
Otro compuesto que genera preocupación es el dióxido de azufre (SO2). “Es otro enorme contaminante que ha tenido en las últimas semanas peaks de contaminación en Concón y Ventanas. Es un componente muy pequeño, ayuda a que aumente el particulado, y es el causante de las lluvias ácidas. Pero las plantas toleran menos de la mitad de lo que tolera el ser humano, entonces las plantas se van poniendo pálidas porque pierden su capacidad de producir clorofila y, finalmente, mueren y así la zona se transforma en un páramo”.
La Dra Fernández relató experiencias en el extranjero donde se atrevieron a realizar cambios importantes en sus matrices energéticas y que incidieron positivamente en la salud de su población.
La presidenta del Departamento de Derechos Humanos, Medio Ambiente y Biodiversidad del Colegio Médico explicó que la contaminación tiene un efecto acumulativo y sumatorio, y que aunque todas las empresas instaladas en una zona cumplan con las normas de emisiones, lo cierto es que todas ellas, en conjunto, producen un tremendo daño al aire que se respira y, en definitiva, a quienes viven en esos sectores.
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