Desde que se supo que 277 médicos tendrían que abandonar el sistema público de salud por no haber aprobado el Examen Único Nacional de Conocimientos de Medicina (EUNACOM), el instrumento ha estado en el centro de la polémica.
Este examen se creó para exigir un nivel mínimo de competencias clínicas a todos los médicos que inician su práctica profesional en el país. Sin embargo, en el trámite parlamentario se alteró su carácter original y se lo transformó en reválida automática para los médicos titulados en el extranjero. Además, se lo hizo obligatorio para desempeñarse en el sistema público de salud e inscribirse en Fonasa. Todo esto, con el fin de asegurar estándares mínimos de calidad y seguridad en la atención de los pacientes.
A varios años de su creación, sin duda el instrumento necesita una revisión profunda: actualización de contenidos, mayor énfasis en Atención Primaria y un eventual cambio del ente que lo administra. Podemos discutir sobre cómo mejorarlo y adaptarlo mejor al objetivo que pretende cumplir, pero lo que no se puede discutir es su existencia. Cualquier país que se precie de ser responsable y preocupado por la calidad de salud que ofrece a su población exige a sus médicos un examen que certifique una mínima competencia profesional y adecuar los conocimientos a la realidad epidemiológica del país donde van a trabajar; por ello, creemos que es imprescindible contar con un sistema de evaluación para todos los médicos, titulados en Chile o en el extranjero. Tenemos toda la voluntad de colaborar y hacer las mejoras que se requieran, pero también creemos que este tema es sólo un síntoma de una enfermedad mucho peor, que es la incapacidad histórica del Ministerio de Salud para generar políticas que motiven a los médicos a ingresar y mantenerse en la red pública de salud.
La falta de médicos en hospitales y consultorios no obedece únicamente a factores económicos como algunos han querido hacer ver. También se requieren condiciones adecuadas: más tiempo para atender a los pacientes, más camas de hospitalizados, más medicamentos e insumos, mejor infraestructura y equipamiento, y mejores oportunidades de desarrollo profesional. Ofrecer buenas remuneraciones sin mejorar las condiciones en que se otorga salud a la población no es más que otro parche.
El Minsal no ha querido hacer frente al estado calamitoso en que se encuentra la salud pública en nuestro país, y para colmo hoy vemos con estupor que se entrega una nueva prórroga a médicos que no han aprobado el examen, pese a que ya les habían dado dos años para regularizar su situación. ¿Qué va a pasar si al término de este plazo vuelven a reprobar? ¿Les darán otro aplazamiento?
Creemos que ya está bueno de improvisaciones y medidas parche. El 80 por ciento de nuestra población se atiende en consultorios y hospitales públicos y se merece que de una vez por todas las autoridades se tomen la salud en serio.
Dr. Kurt Cárcamo Clunes
Presidente (s) Colegio Médico Valparaíso
Vea la publicación en el diario El Mercurio de Valparaíso (miércoles 22 febrero 2017)